LA SOCIEDAD COMO REALIDAD SUBJETIVA
La sociedad se entiende como un continuo proceso dialéctico compuesto de
tres momentos: externalización, objetivación e internalización. Participar en
su dialéctica es estar en la sociedad. El individuo es inducido a participar en
esta dialéctica y el punto de partida es la internalización, que es la
aprehensión o interpretación inmediata de un acontecimiento objetivo en cuanto
expresa significado. Constituye la base para la comprensión de los propios
semejantes y para la aprehensión del mundo en cuanto realidad significativa y
social. Comienza cuando el individuo asume el mundo en el que ya viven otros.
La socialización es la inducción amplia y coherente de un individuo en el mundo
objetivo de una sociedad o en un sector de él.
Berger y Luckmann diferencian dos procesos de socialización distintos,
los cuales denominan primario y secundario:
El primario, que tiene lugar durante los primeros años de vida, sirve de
base para la comprensión del mundo como un todo compacto e invariable, así como
para la comprensión de la vida como un sistema donde uno existe en relación con
otros, donde el yo cobra sentido como yo social: asimismo, es una socialización
filtrada, es decir, el individuo ocupa un espacio social concreto y en función
del mismo y de las relaciones que conlleva se produce una identificación
propia, una identidad. El grupo de socialización primaria es la familia el cual se
entiende como el conjunto de individuos cercanos que realizan labores de
crianza, ellos no necesariamente son los padres y los hermanos como ejemplo de
la familia modelo, pueden ser abuelos o tíos.
Durante la socialización secundaria, el individuo internaliza submundos
diferentes, tiene acceso al conocimiento de una realidad compleja y segmentada.
Asimismo, no accede a todo el conocimiento, sino a una parte en función de su
rol y posición social: el conocimiento también se segmenta. Esto último ocurre
porque los medios de acceso al conocimiento se institucionalizan: es necesario
aprender a través de cauces y procesos adecuados.
Esta segunda socialización corre el riesgo de convertir las
internalizaciones anteriores en algo vulnerable, situación que se ve minimizada
por la existencia de determinados medios de mantenimiento de la realidad, entre
los cuales destaca la rutina diaria como afirmación del conocimiento de la vida
cotidiana; no obstante, un cambio profundo en la realidad subjetiva puede tener
lugar si se produce una reinterpretación radical de los hechos
Toda sociedad
viable debe desarrollar procedimientos de mantenimiento de la realidad para
salvaguardar cierto grado de simetría entre la realidad objetiva y la
subjetiva. Se distinguen dos tipos de mantenimiento de la realidad: de rutina y
de crisis. El primero está destinado a mantener la realidad internalizada en la
vida cotidiana y el segundo en las situaciones de crisis.
La realidad de la vida cotidiana se
mantiene porque se concreta en rutinas, lo que constituye la esencia de la
institucionalidad. En el proceso de mantenimiento social de la realidad se
puede distinguir entre los otros significantes y los otros menos importantes. El
vehículo más importante del mantenimiento de la realidad es el diálogo. La vida
cotidiana del individuo puede considerarse en relación con la puesta en marcha
de un aparato conversacional que mantiene, modifica y reconstruye continuamente
su realidad subjetiva. Diálogo significa principalmente, por supuesto, que la
gente conversa entre sí, lo cual no implica que se nieguen las copiosas
emanaciones de comunicación no oral que rodean al habla. Con todo, el habla
mantiene una posición de privilegio dentro de todo el aparato conversacional.
Importa destacar, empero, que la mayor parte del mantenimiento de la realidad
en el diálogo es implícita, no explícita... el aparato conversacional mantiene
la realidad recorriendo en el diálogo los diversos elementos de la experiencia
y adjudicándoles un lugar definido en el mundo real.
El aparato conversacional mantiene continuamente la realidad y también
la
modifica
de continuo. Para poder mantener la realidad subjetiva el aparato
conversacional debe ser continuo y coherente. Los rituales colectivos para el
mantenimiento de la realidad pueden ser institucionalizados por las catástrofes
naturales y los rituales individuales pueden serlo en épocas de desgracia
personal.
La
socialización implica la posibilidad de que la realidad subjetiva pueda
transformarse. La transformación se aprehende subjetivamente como tal. Las
transformaciones que parecen totales se denominan alternaciones. La alternación
requiere procesos de re-socialización que se asemejan a la socialización
primaria.
El
prototipo histórico de la alternación es la conversión religiosa.
La socialización siempre se efectúa en el contexto de una estructura
social específica. La socialización exitosa se da por el establecimiento de un
alto grado de simetría entre la realidad objetiva y la subjetiva. La
socialización deficiente se entiende en razón de la asimetría entre ambas
realidades. El éxito máximo en la socialización se da en sociedades con una
división del trabajo sencilla y una mínima distribución del conocimiento. Las
anti-definiciones de realidad e identidad se presentan en cuanto las sociedades
se congregan en grupos socialmente durables que inician sus propios procesos de
socialización porque estos individuos forman una anti-comunidad propia.
excelente aporte
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