miércoles, 27 de marzo de 2013

La sociedad como realidad subjetiva




LA SOCIEDAD COMO REALIDAD SUBJETIVA


La sociedad se entiende como un continuo proceso dialéctico compuesto de tres momentos: externalización, objetivación e internalización. Participar en su dialéctica es estar en la sociedad. El individuo es inducido a participar en esta dialéctica y el punto de partida es la internalización, que es la aprehensión o interpretación inmediata de un acontecimiento objetivo en cuanto expresa significado. Constituye la base para la comprensión de los propios semejantes y para la aprehensión del mundo en cuanto realidad significativa y social. Comienza cuando el individuo asume el mundo en el que ya viven otros. La socialización es la inducción amplia y coherente de un individuo en el mundo objetivo de una sociedad o en un sector de él.
Berger y Luckmann diferencian dos procesos de socialización distintos, los cuales denominan primario y secundario:
El primario, que tiene lugar durante los primeros años de vida, sirve de base para la comprensión del mundo como un todo compacto e invariable, así como para la comprensión de la vida como un sistema donde uno existe en relación con otros, donde el yo cobra sentido como yo social: asimismo, es una socialización filtrada, es decir, el individuo ocupa un espacio social concreto y en función del mismo y de las relaciones que conlleva se produce una identificación propia, una identidad. El grupo de socialización primaria es la familia el cual se entiende como el conjunto de individuos cercanos que realizan labores de crianza, ellos no necesariamente son los padres y los hermanos como ejemplo de la familia modelo, pueden ser abuelos o tíos.
Durante la socialización secundaria, el individuo internaliza submundos diferentes, tiene acceso al conocimiento de una realidad compleja y segmentada. Asimismo, no accede a todo el conocimiento, sino a una parte en función de su rol y posición social: el conocimiento también se segmenta. Esto último ocurre porque los medios de acceso al conocimiento se institucionalizan: es necesario aprender a través de cauces y procesos adecuados.
Esta segunda socialización corre el riesgo de convertir las internalizaciones anteriores en algo vulnerable, situación que se ve minimizada por la existencia de determinados medios de mantenimiento de la realidad, entre los cuales destaca la rutina diaria como afirmación del conocimiento de la vida cotidiana; no obstante, un cambio profundo en la realidad subjetiva puede tener lugar si se produce una reinterpretación radical de los hechos
Toda sociedad viable debe desarrollar procedimientos de mantenimiento de la realidad para salvaguardar cierto grado de simetría entre la realidad objetiva y la subjetiva. Se distinguen dos tipos de mantenimiento de la realidad: de rutina y de crisis. El primero está destinado a mantener la realidad internalizada en la vida cotidiana y el segundo en las situaciones de crisis.
La realidad de la vida cotidiana se mantiene porque se concreta en rutinas, lo que constituye la esencia de la institucionalidad. En el proceso de mantenimiento social de la realidad se puede distinguir entre los otros significantes y los otros menos importantes. El vehículo más importante del mantenimiento de la realidad es el diálogo. La vida cotidiana del individuo puede considerarse en relación con la puesta en marcha de un aparato conversacional que mantiene, modifica y reconstruye continuamente su realidad subjetiva. Diálogo significa principalmente, por supuesto, que la gente conversa entre sí, lo cual no implica que se nieguen las copiosas emanaciones de comunicación no oral que rodean al habla. Con todo, el habla mantiene una posición de privilegio dentro de todo el aparato conversacional. Importa destacar, empero, que la mayor parte del mantenimiento de la realidad en el diálogo es implícita, no explícita... el aparato conversacional mantiene la realidad recorriendo en el diálogo los diversos elementos de la experiencia y adjudicándoles un lugar definido en el mundo real.
El aparato conversacional mantiene continuamente la realidad y también la
modifica de continuo. Para poder mantener la realidad subjetiva el aparato conversacional debe ser continuo y coherente. Los rituales colectivos para el mantenimiento de la realidad pueden ser institucionalizados por las catástrofes naturales y los rituales individuales pueden serlo en épocas de desgracia personal.
La socialización implica la posibilidad de que la realidad subjetiva pueda transformarse. La transformación se aprehende subjetivamente como tal. Las transformaciones que parecen totales se denominan alternaciones. La alternación requiere procesos de re-socialización que se asemejan a la socialización primaria.
El prototipo histórico de la alternación es la conversión religiosa.
La socialización siempre se efectúa en el contexto de una estructura social específica. La socialización exitosa se da por el establecimiento de un alto grado de simetría entre la realidad objetiva y la subjetiva. La socialización deficiente se entiende en razón de la asimetría entre ambas realidades. El éxito máximo en la socialización se da en sociedades con una división del trabajo sencilla y una mínima distribución del conocimiento. Las anti-definiciones de realidad e identidad se presentan en cuanto las sociedades se congregan en grupos socialmente durables que inician sus propios procesos de socialización porque estos individuos forman una anti-comunidad propia.

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