LA OPINIÓN
PÚBLICA NO EXISTE
(Pierre
Bourdieu)
La vida
política y social del individuo, se distingue puesto que surge la noción de lo público versus lo privado. Cuando decimos que algo está inmerso dentro de la primera
categoría, nos referimos a que sus efectos son percibidos por la sociedad o un
grupo, es decir que no concierne solamente a la vida personal. Incluso
podríamos hacer la distinción, todo aquello que no es público, cae en el ámbito
privado.
El espacio del ágora y doxa fueron consagrados
para cada uno de estos ambientes (el público y privado respectivamente), es en
el primero en el que la sociedad griega hablaba y decía sus preocupaciones –con
sus restricciones obviamente como lo eran: el ser ciudadanos, hombres y griegos
-, sin embargo este modelo aún permea en nuestra vida cotidiana y, cuando
existen problemas sociales, tendemos a buscar un espacio donde discutirlos y
para que a la postre se les busque una solución.
En ciencias
sociales es un lugar común hablar sobre lo que la opinión pública dice o piensa, sin embargo, considero de acuerdo
con Bourdieu que, ésta no es más que una respuesta a un fenómeno extrínseco del
sistema social en donde se está desarrollando.
Todo lo anterior surge, desde una persona que
se hace un cuestionamiento, aunque –y esto es muy importante- esto no implique
que el público o lo social también se lo esté haciendo. Responde simplemente a
una necesidad particular que tiene un impacto en lo social.
Pero, ¿qué es una opinión pública? De esto es
lo que trata el texto de Bourdieu, de hablar que no existe una opinión pública como un conglomerado en
el que todos los que ahí están inmersos deben pensar de la misma manera; no, en
realidad se habla de que existen muchas opiniones públicas.
Todo argumento que se hace público, podemos
decir desde una concepción laxa, es una opinión pública. Pero, en general, a lo
que este texto se va a abocar es a hablar sobre una conciencia común, una
percepción generalizada ante un problema.
Bourdieu critica a todos aquellos que creen que
los seres humanos somos y pensamos de la misma manera y que, por lo mismo,
tendemos a considerar cualquier fenómeno desde las mismas vertientes. En
realidad se demuestra que existen intereses y muchos otros elementos que entran
en discusión al momento de que consideramos algo. Todo ello nos obliga a pensar
en la individualidad de las personas en la sociedad.
La manera en que en estos días se hacen sondeos
de opinión pública es un intento por
tratar de estandarizar todas aquello que pensamos a la hora de enfrentarnos
a un hecho social.
Es de esta manera que, Bourdieu criticará estas
investigaciones, que con carácter de científico, sólo demuestran que tienen un
sesgo predeterminado a que la gente se encuentre a favor o en contra de alguna
proposición. Otro científico social, Michael Foucault, comentará que estos son
los órdenes del discurso y que más que algo bueno o malo, es un elemento del
poder que se infiltra en todas las capas de la sociedad.
Si en política, nosotros obtenemos un buen
resultado en las encuestas de opinión, nos otorga legitimidad, lo que a la
postre se traduce en nuevos resultados que nos favorecen. Sí, por el contrario,
nos reprueban en los estudios, se verá mermada nuestra capacidad política y
credibilidad.
Es por ello, que con una intencionalidad
elaboramos una encuesta, cuestión que por supuesto critica Pierre Bourdieu, con
esto en la mente, podemos elaborar los sesgos que necesitemos en tanto que, así
obtendremos los resultados que más nos favorezcan o se adapten a lo que
pensamos.
Para hacer una verdadera investigación,
entonces, debemos evitar estos sesgos, estas voluntades de poder, de imponer
nuestra cosmovisión frente a un suceso. Lo que debe ocurrir es que, tenemos que
hacer una investigación y atenernos al resultado que ahí se exponga.
Sólo con ello, podremos de verdad afirmar que
estamos haciendo investigación y no obteniendo los resultados que queremos.
Bourdieu critica entonces estos esfuerzos
estadísticos por tratar de descubrir qué es aquello que piensan las personas,
considerando que todos tenemos diversas opiniones, que muchas veces las que nos
hacen en una encuesta no reflejan aquello que en verdad consideramos (en tanto
que, muchas preguntas son de opciones cerradas) o que inclusive, las temáticas
no son del interés de la población, por lo tanto las opiniones no son muy
públicas –no reflejan el sentir general sobre una problemática-.
Por lo mismo, cuando él habla de que la opinión
pública no existe, se refiere a estos mecanismos de medición que tuvieron que
sistematizar la complejidad humana en opciones, o a que, las ideas ahí
suscritas en verdad sólo reflejan intereses de quienes las elaboran. Después de
todo, para conocer la opinión pública, existen muchos otros mecanismos.
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